Marco de Referencia
Generalidades
La
cultura representa uno de los ejes
dinámicos del proceso de educación y por ende del ejercicio que desempeña el
docente, el cual requiere de una serie de parámetros y lineamientos desde los
cuales se ha de ir a la vanguardia de una construcción social en la cual se
debe propender por una noción y perspectiva de adaptación, evolución y de
acoplamiento a un contexto y escenario en el que a lo largo de las últimas
décadas se viene fortaleciendo la necesidad de establecer una educación que
permita la integración de diferentes culturas sin vulnerar a ninguna de ellas
en el marco de los procesos académicos y sociales, de modo que se logre
consolidar una práctica en la que se
cuestionen de forma integral los estándares por los cuales se ha venido
manejando la educación, la cual marca una pauta de exclusión innegable, por
ello en este momento histórico se requiere de la puesta en marcha de una visión
que permita una integración cultural mediada desde el rol que desempeña el
educador proponiendo una acción de guía y orientador de un proceso que parte de
las bases comunicativas e intercambio de ideas entre culturas
En
esta línea de términos es claro que la educación afronta otros paradigmas y por
ende otras connotaciones en las cuales se deben contemplar otros esquemas de
aplicación de las acciones pedagógicas y académicas en un escenario en el cual
la interculturalidad alcanza niveles de impedancia en los que en todo el plano
latinoamericano se han implementado acciones obteniendo resultados de
aplicabilidad eficiente en un contexto en el cual la cultura y su diversidad en
el eje primordial y desde el cual se promueve un reconocimiento individual y
colectivo que se apoya en los lineamientos institucionales dentro de los que se
busca el respeto mutuo desde la comunicación asertiva y participativa
Ahora
bien, es innegable entonces que la interculturalidad dentro de la educación
pasa de ser un fenómeno social y político para emerger como un proceso
adaptativo y evolutivo que da pie a una evolución de carácter programático y
curricular en el cual se aúnan una serie de condicionamientos que deben mejorar
las condiciones de las diferentes culturas que convergen en un mismo recinto,
que aunque sean independientes deben manejarse en acopio de forma colectiva y
en armonía de modo que la educación sea consecuente con el desarrollo histórico
de la región y amparado en lo que supone la globalización, la cual ha permitido
una mayor reflexión y análisis de los niveles en los que se aplica la
interculturalidad desde un carácter ético y académico que oferta a los docentes
soportes teóricos y argumentativos desde los cuales sea capaz de gestionar y
mediar acciones en las que desde el plano y rol que ejecuta permita una
construcción de identidad y ciudadanía partiendo de la cultura y su desarrollo
social
En
relación a lo descrito, para el efecto de los procesos académicos que
desarrollo y desde la visión del rol que desempeñamos como gestores sociales y
culturales en el ámbito educativo, es claro que debemos abordar la
interculturalidad como un eje dinámico que integra la educación con el
contraste social y la diversidad cultural y étnica en la que estamos inmersos y
que ha sido vulnerada por la imposición de un régimen normativo rígido y
excluyente que no consideraba las diferencias como parte fundamental y
condicionante del proceso de enseñanza aprendizaje y que limita los alcances de
un proceso de integración e intercambio ideológico entre diferentes etnias, por
ello abordo esta línea dado que Colombia viene aportando significativamente a
este proceso permitiendo que le docente adquiera una postura diferente pero
consecuente desde la que facilita acciones que se reflejan en los estándares
dispuestos para la formalidad que garantizan una mediación en la que se media
la adquisición de competencias y habilidades desde y hacia los estudiante
fortaleciendo el saber, hacer, ser y convivir del docente en la actualidad
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